Prevenir no conformidades de calidad es una forma de contribuir a la mejora continua del sistema, pero también, de evitar un trámite burocrático, que implica la activación de un proceso que inicia cuando la no conformidad es detectada.
Una vez se produce el hallazgo, durante una auditoría externa o de certificación, no habrá otro camino diferente a documentar, registrar, diseñar una acción correctiva, comprobar, hacer seguimiento y revisar nuevamente.
Las organizaciones son cada vez más conscientes de la importancia del riesgo de la tecnología. Las noticias sobre problemas de seguridad de la información como hackeos, filtraciones de datos, ransomware (secuestro de datos) o ciberataques han crecido exponencialmente en los últimos años.
Según la firma IdentityForce, entre enero y septiembre de 2019, se expusieron 7,9 mil millones de registros, representando un aumento del 33% respecto al año anterior. Una de las violaciones de datos recientes más conocidas, por ejemplo, fue en 2020 el hallazgo de las credenciales de más de 500.000 cuentas de Zoom que estaban a la venta en la conocida como «dark web».
Convertirse en auditor líder de seguridad y salud en el trabajo representa un hito notable para cualquier profesional en esta área. Pero también significa asumir grandes responsabilidades. Responsabilidades que requieren experiencia, conocimiento del estándar ISO 45001 y la certificación por parte de un organismo acreditador.
Pero, ¿es todo? Además de los requerimientos profesionales y legales, el auditor líder de seguridad y salud en el trabajo debe contar con unas habilidades particulares y analíticas que le permitan obtener una visión panorámica del estado de un Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Las auditorías de sistemas de gestión integrados representan uno de los beneficios que más atrae a las organizaciones que optan por este modelo de gestión. Operaciones y toma de decisiones optimizadas, documentación simplificada, racionalización de los recursos y reducción de costes son, entre otros, argumentos que explican la preferencia por los Sistemas Integrados de Gestión.
Sabemos que todos los Sistemas de Gestión ISO, pero específicamente los de Calidad, Medio Ambiente y Seguridad y Salud en el Trabajo – que son los que en primera instancia se integran -, requieren de las auditorías internas como el camino más indicado para alcanzar la conformidad con el requisito de mejora continua.
Uno de los puestos más demandados en el área de calidad, a nivel global, es el de auditor líder de calidad. Este es un profesional altamente cualificado, que dirige, coordina y orienta un equipo de auditores internos, asegurando que la gestión de la calidad se ajuste a las normas, leyes y estándares aplicables.
El auditor líder de calidad tiene muchas y muy importantes responsabilidades. La elección de su equipo de trabajo es apenas una de ellas. Durante las fases de planeación, ejecución, presentación de informes y seguimiento, el auditor líder de calidad asume funciones esenciales para el éxito de la tarea, que van mucho más allá de asignar tareas a sus auditores.
La gestión del cambio en ISO 45001, incorporada en la cláusula 8.1 del estándar publicado en 2018, marca una de las diferencias más importantes en relación con su antecesora OHSAS 18001.
Lo que pretende la cláusula que solicita la gestión del cambio en ISO 45001 es mejorar la gestión de seguridad y salud en el trabajo, minimizando la posibilidad de aparición de nuevos riesgos derivados de la introducción de cambios de tecnología, de equipos, de instalaciones, de nuevos procedimientos, de nuevos productos, de materias primas, de nuevos empleados o de nuevas normas y reglamentos, entre otros elementos susceptibles de modificar las condiciones de trabajo.
La gestión integrada de sistemas ISO aporta muchos beneficios a las organizaciones, y es esta la razón principal por la que hoy un gran número de ellas optan por este modelo de gestión. Pero también es cierto que otras organizaciones, simplemente siguen la tendencia y el camino marcado por ISO hacia la integración.
Y es que la Organización Internacional de Normalización, en las revisiones y publicaciones de sus estándares recientes, sin duda promueve y marca un camino hacia la gestión integrada de sistemas ISO, que es difícil ignorar.
Aunque no resulte tan popular como otros requisitos, es un hecho que impartir formación en gestión ambiental, y específicamente sobre la norma ISO 14001 es uno de ellos, y muy importante. Por ende, medir la eficacia de la formación en ISO 14001 es también una necesidad, una obligación y un factor esencial para la mejora continua del Sistema de Gestión Ambiental.
Para medir la eficacia de la formación en ISO 14001 necesitamos identificar las características de un programa de formación que cumpla con las expectativas que la organización y sus empleados requieren. Por supuesto, es preciso también determinar esas expectativas.
Todas las organizaciones están expuestas a diferentes riesgos. Sin embargo, a través de un proceso de gestión de riesgos es posible minimizar el impacto o eliminar muchos de esos riesgos.
Emprender un proyecto o dejar la operación de una organización a la “buena ventura”, prescindiendo de un proceso de gestión de riesgos, implica transitar en la incertidumbre y hacer caso omiso de una herramienta de planificación y gestión empresarial útil, funcional y beneficiosa.